por: Andrés Medina
“..no hay dinero en el periodismo. Pero hay acción. Y volverse adicto a la acción es muy fácil. — Hunter S. Thompson, La maldición de lono.
Tomé el vuelo de las nueve de la mañana hacia Nueva York, esta vez no conseguí vuelo directo a Montreal ya que se elevaba mucho el precio. El viaje fue de doce horas, algo que destrozó mi organismo un poco, pero eso a quién le importa cuando se sabe que la recompensa será alta.
Llegué cerca de las nueve de la noche a Canadá, el aeropuerto estaba repleto, lleno de personas esperando a otras personas y personas abrazando a otras personas. Para no salir del común denominador un gran amigo paso por mi.
“..no hay dinero en el periodismo. Pero hay acción. Y volverse adicto a la acción es muy fácil. — Hunter S. Thompson, La maldición de lono.
Tomé el vuelo de las nueve de la mañana hacia Nueva York, esta vez no conseguí vuelo directo a Montreal ya que se elevaba mucho el precio. El viaje fue de doce horas, algo que destrozó mi organismo un poco, pero eso a quién le importa cuando se sabe que la recompensa será alta.
Llegué cerca de las nueve de la noche a Canadá, el aeropuerto estaba repleto, lleno de personas esperando a otras personas y personas abrazando a otras personas. Para no salir del común denominador un gran amigo paso por mi.
Subimos al auto y paramos en el restaurante de Morro (así le dicen a mi amigo), el ONOIR (onoir.com), reconocido por Open Tablecomo uno de los 100 mejores restaurantes de Canadá. El lugar es increíble, en tonos negros y madera natural, de hecho ganó un premio de arquitectura de restaurantes, pero lo más atractivo es su concepto: comer en la completa obscuridad. Ahí se encontraban mis demás amigos: Ian, el hermano de Morro, y Leo. Probé unas cuantas cervezas del menú y fumamos más cigarros. Después de unos cuantos mezcales nos fuimos a dormir, estaba realmente cansado y tenía que descansar ya que la acción comenzaría al día siguiente con el cocktail de inauguración y con el primer Nocturno en el MAC (Musée d’art contemporain de Montréal).
Al día siguiente pasé la mayor parte del día caminando por la ciudad, recordando viejas anécdotas y visitando mis lugares favoritos. Esta es la cuarta vez que visito la ciudad y por primera vez me resultó familiar. Caminé hacia el MAC para recoger mi acreditación del festival, el museo que recibe a Mutek con los brazos abiertos y donde se llevan acabo la mayoría de las actividades. Allí sería el cocktail de inauguración y el primer Nocturno.
Al día siguiente pasé la mayor parte del día caminando por la ciudad, recordando viejas anécdotas y visitando mis lugares favoritos. Esta es la cuarta vez que visito la ciudad y por primera vez me resultó familiar. Caminé hacia el MAC para recoger mi acreditación del festival, el museo que recibe a Mutek con los brazos abiertos y donde se llevan acabo la mayoría de las actividades. Allí sería el cocktail de inauguración y el primer Nocturno.
El menú de este primer evento fue exquisito: Siete Catorce (MX), Susy. Technology (CA), Mortiz Von Oswald (DE), Midnight Operator (CA), Lee Gamble & Dave Gaskarth (UK), Magnanime (CA), Aïsha Devi (CH) y el gran Atom (AL). El ambiente Mutek ya se sentía por completo, caras conocidas y caras nuevas por todo el museo, disfrutando de la complejidad y belleza del festival.
El experimentar Mutek resulta algo muy interesante ya que muchos piensan que se trata de ir a bailar como a un rave, pero es algo muy distinto, se respira un ambiente intelectual donde la creatividad digital es el platillo principal.
Todos los exponentes son artistas brillantes, que a través de distintas herramientas, como lo son construcciones auditivas y visuales transportativos acarician, muchas veces bruscamente, a los asistentes. Se puede sentir un pedazo de su alma en cada sonido que emiten.
El experimentar Mutek resulta algo muy interesante ya que muchos piensan que se trata de ir a bailar como a un rave, pero es algo muy distinto, se respira un ambiente intelectual donde la creatividad digital es el platillo principal.
Todos los exponentes son artistas brillantes, que a través de distintas herramientas, como lo son construcciones auditivas y visuales transportativos acarician, muchas veces bruscamente, a los asistentes. Se puede sentir un pedazo de su alma en cada sonido que emiten.
Siete Catorce fue magnífico, uno de los pocos actos que se trató mucho de bailar, con una hipnotizante presentación cautivó sobre todo al público local que no conocía mucho de su música. Claro esto es un supuesto ya que es de los actos mexicanos que viajaron este año a Montreal. Cada edición se siente mucho más amalgamada la relación que tiene el festival de nuestra ciudad con su versión canadiense. Dentro del público se paseaban los organizadores y fundadores de Mutek, con sonrisas en sus caras, satisfechos del camino recorrido.
Esta es la edición número 17 del festival y sin duda alguna se nota que ya es parte del imaginario cultural de Canadá. Todos los shows fueron electrificantes, en especial el de Atom, uno que todos esperábamos con ansias. Fue un muy buen primer día, los ánimos y la emoción crecen conforme pasan las horas, el día de hoy vendrá el primer Expérience y el Nocturno 2, además de que tendré la oportunidad de reunirme con un viejo amigo, Herman Kolgen.
Aquí les dejo un poco de los artistas del primer día para que puedan experimentar un poco del poder de Mutek:
Esta es la edición número 17 del festival y sin duda alguna se nota que ya es parte del imaginario cultural de Canadá. Todos los shows fueron electrificantes, en especial el de Atom, uno que todos esperábamos con ansias. Fue un muy buen primer día, los ánimos y la emoción crecen conforme pasan las horas, el día de hoy vendrá el primer Expérience y el Nocturno 2, además de que tendré la oportunidad de reunirme con un viejo amigo, Herman Kolgen.
Aquí les dejo un poco de los artistas del primer día para que puedan experimentar un poco del poder de Mutek: